El cambio climático en Baleares: veranos más tórridos, menos lluvia e inundación de playas
Investigadores de la Universidad Balear proponen 69 medidas para reducir el impacto del calentamiento global en las Islas
A final de siglo la temperatura en los meses de verano será 7 grados superior a la de ahora
El nivel del mar habrá subido entre 60 y 80 centímetros y las precipitaciones serán un 20% inferiores a la media actual
Lluvias, olas de hasta 12 metros y rachas de viento de 80 km/h, este martes en Baleares
El profesor del departamento de Biología de la Universidad de les Illes Balears (UIB) Miquel Àngel Miranda ha explicado que los estudios realizados sobre los efectos del cambio climático en Baleares desvelan «un aumento de la temperatura y del nivel del mar, la disminución de la precipitación media y el incremento de la evapotranspiración, las sequías y de la desoxigenación del océano como las principales amenazas».
El pasado mes de julio, el subdirector del Laboratorio Interdiscilplinar sobre el Cambio Climático (Lincc) de la UIB, Pau de Vílchez, ya advertía a la presidenta del Govern, la socialista Francina Armengol, que «urge hacer frente al cambio climático, pues tendrá graves consecuencias para la salud, la economía y la sociedad». Así lo explicó tras la audiencia ofrecida por la presidenta Armengol a investigadores y miembros del Laboratorio.
«Cada año batimos récords de temperaturas y el nivel del mar no deja de subir. Es indispensable poner en marcha políticas que paren el cambio climático», aseguró Vílchez.
Este lunes, un equipo de investigadores del Linnc ha publicado un estudio que propone un total de 69 medidas para reducir el impacto del cambio climático en las Islas, de las cuales 38 son de mitigación y 31, de adaptación.
Por ello, algunas de las medidas que proponen son proteger y promover el incremento de espacios naturales, incrementar la eficiencia en el consumo del agua, reducir la demanda de energía en sectores de consumo, fomentar la movilidad sostenible o promover el consumo de productos locales para proteger la salud humana y económica sobre los impactos del cambio climático. Todo ello, han concluido, ayudaría a diversificar el modelo económico de las Islas.
Según ha explicado este lunes en rueda de prensa la profesora del departamento de Economía Aplicada de la UIB, Catalina Torres, la crisis económica y sanitaria «no es más que el último exponente de la fuerte crisis socioecológica actual», por lo que la implantación de esta medidas «es necesaria para antes de 2030».
Además, ha advertido que, «con la excusa de la recuperación, se está pulsando el acelerador para volver a la dinámica prepandemia, que es la que ha acelerado también los problemas ecológicos globales».
Concretamente, los investigadores han estudiado los cambios físicos que se podrían dar en las próximas décadas como resultado del cambio climático y han analizado su impacto sobre las variables ambientales, económicas y sociales. De todas ellas, se han seleccionado «las que eran más importantes para Baleares».
Los científicos advierten del aumento de la temperatura, un aumento que se observa en todos los meses del año y esto no sólo sucede en el Mediterráneo. Lo que sucede en Baleares y el Mediterráneo en general es que la temperatura aumenta más en los meses más cálidos. En los meses fríos la temperatura también aumenta pero de forma más moderada.
Sobre lo que sucederá en el futuro se plantean diferentes escenarios entre los más adversos y los más optimistas. En el escenario más adverso, la temperatura seguirá aumentando. Al final de siglo la temperatura media en el Mediterráneo habrá aumentado unos 5 o 6 grados. En pleno verano, julio y agosto, la temperatura sería unos 7 grados superior respecto a los veranos del siglo XX.
En cuanto a las precipitaciones, hay más incertidumbre, según los expertos. En principio, en un clima más cálido, hay más excitación del ciclo hidrológico, más lluvias, pero no de forma uniforme. En zonas semiáridas como el Mediterráneo, los modelos dan una pérdida importante de lluvia al año, entre un 20% y un 30% menos a finales de sigo, y esto no es nada positivo. Ya no es sólo que llueva menos, es que en un clima más cálido habrá más evaporación de agua a la atmósfera y, por tanto, más déficit hídrico. Es lo que sucede en África.
También alertan los expertos del efecto en el turismo que tendrá el cambio climático. Explican que ahora un turista va al Mediterráneo por sus condiciones de confort en cuanto al clima: pocas lluvias, poco viento, pocas nubes y temperatura agradable. La conclusión es que la región mediterránea perderá esta calidad del clima durante el verano. Las situaciones ideales no se darán tanto en verano, básicamente por exceso de calor, pero por el contrario se incrementarán en primavera y otoño.
En cuanto al nivel del mar, al final de siglo habrá subido en torno a los 60 centímetros y unos 80 centímetros en el escenario más adverso. El principal factor que explica el aumento del nivel del mar es la dilatación de los océanos por el aumento de la temperatura. El agua se expande. Otro factor es la fusión de las grandes masas de hielo y este fenómeno irá a más. Las playas tienen sus mecanismos de ajuste salvo que estén urbanizadas. Lo que más afectará a las playas serán los grandes temporales. Un temporal es lo que verdaderamente modifica la morfología de las playas. En el futuro los temporales podrían ser más violentos y si el nivel del mar es más elevado, los efectos serán más fuertes.